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matriasaya

Existe una historia, un mito… “Las mujeres no soplan…”

No me interesa hacer una apología de nuestro quehacer frente a peritos del tema, ni tampoco frente a la misma gente que pudiese tener conexión parental con el pueblo aymará.

Mi deseo es conciliarme con los principios de una cosmovisión, de encontrar en sus historias, en sus secretos, el cobijo de una validación como sopladora, y creo que éste nos lo da el mismo principio de la música, ese personaje andrógeno llamado Sereno, ser del agua que da vida a los instrumentos y a sus ejecutantes.

Según un artículo de Walter Sánchez, Sereno, dentro del mundo tripartita aymará, es un ser del manca pacha, (mundo de abajo). Sus habitantes son salvajes, es decir, no domesticados, que representan la energía incontrolada, genésica, renovadora y creadora.

Pese a su caracterización por el lugar que habitan, estos seres del mundo inferior constituyen la génesis creativa del conocimiento, del arte y de las transformaciones.

Sereno es el espíritu que habita en las vertientes, y es él quien otorga o no, el saber para la música y la poesía. Dual, andrógino... kari-warmi (En quechua: hombre-mujer, varón-hembra) Él, con su condición hermafrodita y gestor de las transformaciones, nos potencia a seguir viviendo la cosmovisión andina desde un prisma musical femenino diferente.

Puede ser que dentro de la creación musical, tal vez no estamos conciliadas con un mundo tradicional andino, porque no somos aymaras, somos una comparsa de lakas femenina, somos un grupo de mujeres mestizas que “adoptamos y adaptamos” un patrimonio ancestral y nos sentimos cómodas frente a esto…

No estamos en los parámetros de una banda de lakas tradicional, ni tampoco pretendemos serlo, pues vivimos, sentimos y soplamos en función a una naturaleza inherente a nuestra femineidad… lo importante es sentirnos hijas del dios de las transformaciones, del personaje que está más allá de lo bueno o lo malo.

Matriasaya simplemente es la derivación de un mundo en que las contradicciones no existen, pues los opuestos son afortunadamente un complemento.


Natalie Recabarren Riesco
Licenciada en Ciencias y Artes Musicales
Lakita.